Todo empezó con una llamada telefónica de México
Recuerdo que fue en abril del año pasado cuando recibí una llamada telefónica de la Ciudad de México. Era del Dr. Takaharu MORINO, un consultor médico de la Embajada Japonesa. "Un bebé mexicano desea recibir el tratamiento de usted. ¿Puede enseñarme un poco más acerca del tratamiento?"
Esto era la única esperanza que le quedaba a la familia de Carlos para ganar la larga y amarga lucha contra una enfermedad de difícil curación.
En medio de la frontera entre México y los EE.UU. que recorre 3.326 km, yace una ciudad llamada la Ciudad Juárez. Próxima a la Ciudad Juárez separada por el Río Grande, se encuenra la ciudad de El Paso (Tejas). Los fans de películas de vaqueros probablemente estarán familiarizados con El Paso siendo la ciudad donde el famosa "Billy el Niño " tuvo parte activa en películas del tiroteo.
La Ciudad Juárez es una ciudad del desierto donde muchas Maquiladoras fueron invitadas a establecer sus plantas y ha venido creciendo rápidamente desde entonces. Algunas compañías japonesas operan también allí.
Geraldo (de 37 años de edad), el padre de Carlos, tenía su propio negocio de comerciar varios materiales utilizados en esas plantas industriales de companías de Maquiladoras como guantes de trabajo, uniformes, entre otras. Solía cruzar la frontera muchas veces para comprar esos materiales en el Paso de los EE.UU. Patricia (de 36 años de edad), la madre de Carlos, era dentista y tenía una clínica dental.
Un comerciante independiente y una dentista. Los dos formaron una familia adinerada, con una casa grande y caballos. Su oficina estaba en el mismo sitio de su hogar. Lo que cambió completamente esa vida cómoda de la familia fue el nacimiento de su hijo Carlos y su nueva vida en el hospital que empezaron a seguir.